Un Camino hacia la Vida en Comunidad
30 de marzo de 2025
Este fin de semana he disfrutado leyendo de la mano de la autora Diane Leafe, con su libro “Crear una Vida Juntos”. Hace un año aproximadamente, José y yo decidimos dar el paso y unirnos a la Cooperativa El Ciempiés en Gran Canaria, Arucas. Y desde entonces me entusiasmo cada día, con la idea de que se haga realidad. Para ello, me sigo formando y caminando desde mi yo, al nosotros. Desde un espíritu colaborativo, desde el apoyo al desarrollo local y cuidando el bienestar individual y grupal de las personas que lo formamos.
"Crear una vida juntos", nos invita a explorar el fascinante mundo de las cooperativas de co-housing, donde la vida en comunidad se convierte en una experiencia enriquecedora y transformadora. A través de sus páginas, he integrado que el co-housing no solo es una alternativa habitacional, sino un estilo de vida que promueve la colaboración, la sostenibilidad y el bienestar compartido.
Uno de los beneficios más destacados del co-housing es la creación de un sentido de pertenencia. Al vivir en un entorno donde los vecinos y vecinas se convierten en personas amigas y aliadas, se fomenta un apoyo mutuo, que puede ser invaluable en momentos de necesidad. Además, las cooperativas de co- housing que la autora relata, suelen estar diseñadas con un enfoque en la sostenibilidad, lo que significa que sus soci@s pueden disfrutar de un estilo de vida más ecológico. Al vivir en comunidad, se optimizan los recursos, lo que no solo reduce el impacto ambiental, sino que también disminuye los costos de vida. Compartir espacios como cocinas, jardines, huertos y áreas recreativas no solo es más económico, sino que también nos induce a un estilo de vida más consciente y responsable.
Además, el co-housing promueve la diversidad y la inclusión. En las cooperativas, se pueden encontrar personas de diferentes edades, orígenes y estilos de vida, lo que enriquece la convivencia y fomenta el aprendizaje mutuo. Esta diversidad crea un entorno donde poder crecer y desarrollarse, tanto a nivel personal como comunitario.
Personalmente, creo que el co-housing es una opción maravillosa para quienes buscan una vida más conectada y significativa. La idea de vivir en comunidad, donde cada persona aporta su granito de arena, es realmente inspiradora. Animo a cualquiera que desee, a indagar sobre las iniciativas de co-housing en sus zonas, ya que cada vez más personas están descubriendo los beneficios de esta forma de vida.
Desde mi mirada, quiero destacar el buen hacer que experimento en El Ciempiés. Este proyecto no solo me ofrece un espacio acogedor, amable y sostenible, sino que también promueve una comunidad humana activa y participativa.
Aún estamos tejiendo la Red humana que nos refuerza, si estás buscando una forma de vivir que combine la independencia con la conexión humana, ¡no dudes en acercarte a El Ciempiés o cualquiera de las iniciativas que se promueven en las islas y podrás descubrir todo lo que tienen para ofrecer! Este modelo es una emocionante forma de vida que celebra la comunidad y la colaboración.
Luz Marina. (Socia de El Ciempiés).
Tengo 71 años y desde hace 7 años me acompaña la enfermedad del Parkinson. Me considero un activista mayor. Hace tres años, empecé a reunirme con otras personas que nos interesábamos por las Viviendas Colaborativas. Hoy, sé que me faltan muchos conocimientos e innumerables cualidades y me veo obligado a aprender todo el tiempo, a compartir ideas, plasmarlas y llevarlas a la práctica.
Sin embargo, tengo compañeras y compañeros de viaje que nos hemos encontrado trabajando en esa idea de compartir el resto de nuestras vidas. Estamos inmersos en un proceso de aprendizaje contínuo. Hemos emprendido un viaje al centro de la comunidad humana y también al centro de cada uno, mi centro, mi interior donde reconozco mis defectos y descubro virtudes que no sabía que tenía. Sentados alrededor y en el Fuego de nuestra Pasión descubrimos nuestro latir común, esas ondas electromagnéticas que nos hacen vibrar en otra dimensión, en ese algo que llamamos "Nosotras/os".
Mi pequeño Yo se ve transportado a un mundo rico en matices, donde cada uno de las viajeras aporta su grano de arena y en conjunto es más que la suma de los individuos. Hoy empiezo a vislumbrar que los conflictos son una oportunidad única para verme, conocerme y crecer. Entender las opiniones de los demás caminantes.
Las viviendas colaborativas son un canto a la diversidad, un canto a la naturaleza, un canto a la solidaridad. Son una esperanza para los que vienen después, al intentar crear un modelo sostenible, que conserve los recursos naturales para las futuras generaciones y así tener una oportunidad de seguir viajando con nuestro maravilloso "hogar Gaia" a través del cosmos.
No sé si llegaré a vivir en la vivienda colaborativa. Tengo una una gran esperanza y certeza: lo estamos intentando con todas nuestras fuerzas. Y sé que el viaje es la meta.
Jorg Morguenthaler
MI IDEA DE VIVIENDAS COLABORATIVAS
Son aquellas que resultan de una decisión personal convencida, donde el espacio común permite el mejor marco para la convivencia y la razón de ser de todo el ecosistema alrededor de las mismas, donde cada paso lo deciden las propias personas que las habitan, evitando los procesos especulativos de cooperativas de viviendas al uso.
Las que siendo nuestras, no nos pertenecen, aunque podremos disfrutarlas toda la vida, con la certeza de que posteriormente serán otras personas con similares motivaciones, quienes vivan en ellas. Las que están integradas por personas conscientes de la transformación social que supone ser partes de un planeta finito, con recursos limitados, muchos de los cuales deben ser necesariamente compartidos, cuidados y conservados como bien común, aunque con ello se vea mermada la tradicional expectativa de disponibilidad inmediata o continua de todos sus elementos.
Un modelo donde prima el consenso como mejor fórmula de adopción de acuerdos, velando por el propósito de no generar vencedores y vencidos y donde la comunidad es prioridad, existiendo el compromiso de velar, afianzar y enriquecer los valores de respeto y consideración a la otredad, donde cuidado y cocuidado se conjugan armoniosamente.
Un proyecto donde el concepto de vivienda colaborativa supone una cualidad continuamente en proceso de evolución y aprendizaje, donde cada individuo se vincula desde una actitud personal de aportar y recibir, consciente de la fortaleza de los principios que la definen.
Un modelo conformado por personas normales que no quieren estar solas, que hacen de su vecindario una extensión de cordialidad y consideración que dan sentido a sus vidas, que aprenden y disfrutan en relaciones intergeneracionales, que apuestan por dejar un entorno amigable y sostenible a futuras generaciones, que comparten unos servicios y espacios comunes, reflejo del espíritu del privilegio que comparten.
En definitiva, una construcción humana, saludable, sostenible, cuidadosa, dinámica, perfectible y alegre, consciente de que, como la vida misma, requiere de una labor constante y entregada de “mantenimiento”
José Antonio García
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